segunda-feira, 23 de janeiro de 2012

De la magnanimidad del Rey Don Sebastián


[A obra é de 1631, mas transcrevo da edição de 1737, página  255. Conservei a ortografia original, regularizando apenas a acentuação]

Flores de España, Excelencias de Portugal, en que brevemente se trata lo mejor de sus historias, y de todas las del mundo desde su principio hasta nuestros tiempos, y se desubrem muchas cosas nuevas de provecho, y curiosidad
por
Antonio de Sousa de Macedo

 De la Magnanimidad

Movido el Rey Don Sebastián con el exemplo del Emperador Carlos Quinto su aguelo, cuyos hechos siempre leía (como Alexandro los de Achiles, y César los de Alexandro) desde niño se crió con pensamientos de hazerse señor de África en llegando a edad conveniente; y queriendo poner en execución sus intentos, passó en África contra el Xarife Mulei Maluco, y teniendo su pequeño campo a vista del numeroso exército enemigo, le aconsejó Don Duarte de Meneses, Maestro de campo general, y experimentando en la guerra, que mandasse dar de noche en los enemigos, porque sin duda sería cosa de gran provecho; pero el Rey, en cuyo generoso ánimo no cabía sino el deseo de un memorable vencimiento en día claro, y o de noche con ardides, y estratagemas, no acetó el consejo, dando a entender que hazía poco caso de aquella bárbara multitud, y que esperava salir vitorioso rostro a rostro sin otros engaños. La resolución, y esfuerço del Rey fué bien semejante a la de Alexandro, quando estando en campo com Darío reprovó otro parecer, que le dió el Capitán Parmenio; pero el sucesso se vió mucho diferente, por razones que Dios sabe, y el humano entendimiento no alcança.

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