terça-feira, 18 de maio de 2010

Séneca vuelve a Nerón la riqueza que le había dado


Esta miseria gran señor, honrosa,
de la humana ambición alma dorada;
esta pobreza ilustre acreditada,
fatiga dulce, e inquietud preciosa;

este metal de la color medrosa,
y de la fuerza contra todo osada,
te vuelvo, que alta dádiva invidiada
enferma la fortuna más dichosa.

Recíbelo, Nerón, que en docta historia,
más será recibirlo que fue darlo,
y más seguridad en mí el volverlo:

pues juzgarán, y te será más gloria,
que diste oro a quien supo despreciarlo,
para mostrar que supo merecerlo.


Francisco de Quevedo (1580-1645)

Sem comentários:

Enviar um comentário